Tratamiento prometedor para pacientes con Parkinson
Tratamiento prometedor para pacientes con Parkinson
Tratamiento prometedor para pacientes con Parkinson
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta a las células nerviosas que producen dopamina, la sustancia química que transmite señales entre áreas del cerebro.
La dopamina también es responsable de los movimientos musculares suaves y coordinados del cuerpo. Y cuando sus niveles comienzan a disminuir, esto afecta los movimientos del cuerpo.
Si bien no existe una cura para la enfermedad de Parkinson, existen tratamientos que alivian los síntomas, incluidos medicamentos, ejercicio continuo y tratamientos naturales que se enfocan en el equilibrio y el estiramiento, entre otros.
Bacterias genéticamente modificadas
Pero una nueva investigación, presentada en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Farmacología y Terapéutica Experimental en Filadelfia, puede ofrecer esperanza a los pacientes después de que mostró que las bacterias modificadas genéticamente podrían ser un tratamiento eficaz para el Parkinson.
En detalle, los investigadores han creado bacterias que pueden fabricar una fuente estable de medicamentos dentro del intestino de un paciente, y las pruebas con animales han demostrado que son seguras y efectivas, según New Atlas.
La idea de diseñar bacterias para que sirvan como tratamientos médicos no es nueva. Durante muchos años, los científicos ya han experimentado con formas de personalizar las bacterias para satisfacer las necesidades de las personas, desde diseñar las bacterias para que absorban el exceso de amoníaco en el cuerpo humano hasta ayudar a las bacterias a rastrear las células de cáncer colorrectal.
desafío diferente
Pero, por supuesto, antes de que una idea como esta esté lista para usos clínicos convencionales, se deben superar una serie de obstáculos.
Es bien conocido proporcionar dosis controladas del fármaco al paciente en forma de tabletas, jarabes o inyecciones. Pero limitar el crecimiento de microbios vivos modificados genéticamente para crear esas mismas moléculas terapéuticas en el intestino humano presenta un desafío completamente diferente.
Poco a poco dar un paso adelante
La nueva investigación dio un paso adelante en la ingeniería de una nueva cepa de probiótico humano E. coli Nissle 1917, que se desarrolló para fabricar e inyectar continuamente el fármaco para la enfermedad de Parkinson conocido como L-DOPA en el intestino de un paciente.
L-DOPA es una molécula que actúa como precursora de la dopamina y ha sido un tratamiento exitoso para los pacientes de Parkinson durante décadas. Pero los médicos han descubierto que aproximadamente 5 años después de que los pacientes reciben este medicamento, a menudo desarrollan un efecto secundario conocido como discinesia. Se cree que estos efectos secundarios están relacionados con la falta de una fuente continua de suministro de fármacos al cerebro.
Entonces, para abordar este problema, la nueva investigación exploró si las bacterias que producen L-DOPA en el intestino pueden conducir a una administración constante de medicamentos al cerebro.
cantidades terapéuticamente efectivas
Las bacterias modificadas engullen una molécula llamada tirosina y secretan L-DOPA en el intestino del paciente, dijo Piyush Badi, coautor del estudio.
Además, varios experimentos en ratones mostraron que las bacterias modificadas genéticamente dieron como resultado concentraciones estables y consistentes de L-DOPA en la sangre. Luego, los ensayos en modelos animales de la enfermedad de Parkinson encontraron que el tratamiento mejoró las funciones motoras y cognitivas, lo que indica que las bacterias modificadas estaban produciendo cantidades terapéuticamente efectivas del fármaco.
Alzheimer y depresión
Los investigadores también afirman que los niveles de L-DOPA producidos por la bacteria pueden controlarse con precisión, ya sea reduciendo las dosis diarias de bacterias consumidas en cápsulas o modificando el consumo de un azúcar llamado ramosa, que las bacterias necesitan para seguir produciendo. L-DOPA.
Anumantha Kanthasamy, también coautor del estudio, dijo que el equipo de científicos está trabajando actualmente para adaptar el enfoque para tratar otras enfermedades que requieren dosis continuas de medicamentos, como el Alzheimer y la depresión.