literatura

pies cansados

Pero corro, con los pies cansados, amigo, estoy cansado y cuento los minutos, para que el tiempo pase lento.
Realmente no me importa la cantidad de tumores y la mala sangre que parece estar caminando dentro de mí.


¿Y hay sangre pura?
No sé, y no busco responder a esta pregunta, busco quedarme solo en una acera... Solos, tú y yo, y los árboles; Y tu voz ronca, tus ojos siempre dormidos, tus manos cansadas, afiladas...

 

Hasta el punto de un dolor sin fin.

edad divertida

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