Ministro de Asuntos Exteriores de Austria: No me incliné ante Putin con la intención de humillarme

 Un baile amistoso entre dos amigos en la boda de uno de ellos, puede terminar en un problema político infructuoso, este es el impuesto de los cargos políticos, y así sucedió con la ministra de Relaciones Exteriores de Austria, Karin Kneissl, quien fue duramente criticada por doblegarse fuertemente al presidente ruso Vladimir Putin durante su boda la semana pasada. Hizo hincapié en que el gesto no era una señal de sumisión.

"Esto fue interpretado como un acto de sumisión”, dijo Kneissl en una entrevista con la radio Austrian Broadcasting Corporation. “Pero aquellos que me conocen saben que no soy sumiso a nadie”.

Agregó que tal reverencia es un saludo tradicional al final del baile y explicó que Putin se inclinó primero.

Kneissl se ha enfrentado a una tormenta de críticas después de que se inclinó fuertemente ante Putin. Algunos analistas dijeron que este gesto ingenuo dañaría la reputación de Austria.

El Partido de la Libertad de extrema derecha, que llegó a un acuerdo de cooperación con el partido Rusia Unida de Putin, nombró a Kneissl, de 53 años, como ministro de Relaciones Exteriores. Kneissl es un experto en asuntos de Medio Oriente y no tiene afiliaciones políticas.